martes

El Cuento Interior

La Luna es un aprendiz cuando de sorpresas se trata. En la carente eternidad y en escasa inmencidad los mortales encontramos obsequios de la naturaleza que alegra por instantes nuestra vida. De aquella bellìcima flor solo conocìa el cuento que narraba su nacimiento cada cien años, anunciando una època de abundancia, pero el detalle del cuento era que todas en el lugar que esten y con la edad que tenìan florecìan en el mismo momento, sincronizàndose su fragancia alimentaba a los astros renovando el pacto, el permiso para que su sàbila, su sangre natural permita a los mìsticos poder efectuar el gran viaje y concocer el alma de los viejos Dioses.
El San Pedro desde èpocas pre-incas era utilizado por los chamanes, los màgos, sacerdotes de las diversas culturas, para que al beber su escencia adquieran un estado de trance -como el hayahuaska- y asì poder comunicarse con los diversos mundos.
Hasta el dìa de ayer pude constatar que tres San Pedros -hembras- en diversos lugares y con diversas edades florecieron en el mismo momento.
En casa los dos San Pedros desarrollaron cada uno nueve retoños de los cuales florecieron 16, los mismos que increiblemente solo despiertan y brillan en la noche (!!!). Llega la mañana y cierran sus corazones hasta la llegada de la oscuridad.
Aùn queda un retoño, y sè que florecerà para el 15 de Abril. El San Pedro como muchas otras plantas milenarias se alimenta del estado de las personas y el 15 me darà ese regalo de belleza.




En el sueño yacen las pesadillas de la culpa o los previos retos al valor. Esta foto es en b/n por el "bello sexual" ligero y alborotado que relata su condiciòn humana.